Consejos navideños 7: No me gusta la Navidad

Consejos navideños 7: No me gusta la Navidad

«Navidad, una época diferente»

 

No sé si a ti te pasa lo mismo, pero a veces siento que, desde hace unos años para acá, si digo que me gusta la Navidad la gente me mira como un bicho raro. Una de las excusas que yo más he oído para que la gente diga que no le gustan estas fechas está relacionada con el consumismo. 

“Que si se ha perdido el espíritu de estas fiestas”, “que todo gira en torno al consumo”, “que cuanto se gasta en Navidad”… y yo me pregunto: ¿es que durante el resto del año nos vestimos con harapos, y nos alimentamos de patatas y arroz?

Con esto no estoy diciendo que no respete la decisión y creencia de cada uno, ni que apoye el consumo por el consumo, es más, eso iría en contra de mis propias creencias. Creo que como todo en la vida, y esto no es menos, se trata de una decisión: tú decides cómo quieres vivir lo que la vida te muestra, sea la fecha del año que sea. 

De momento, no he visto a nadie apuntando a otra persona en la cabeza con una pistola para que compre 2 Kg de gambas y jamón “del bueno” para la cena de Nochebuena. Una sopita y una tortilla es un exquisito manjar si tú así lo decides. Decidir vivir la Navidad de una forma u otra es cosa tuya. Subirte o no al carro del consumo desmesurado que puede darse o no en estas fechas, también es decisión tuya. 

Si me lo permites, te dejo aquí una petición: decidas lo que decidas hazlo porque es lo que realmente quieres hacer, no por simples tendencias, o por pretender ser “guay” y encajar en no sé qué movimiento de protesta, o comprar y comprar porque «es lo que toca». Pregúntate siempre qué se esconde detrás de tus actos.

Desde el Feng Shui se tiene mucho respeto y cuidado con la cantidad y el tipo de objetos que entran en los hogares de las personas, y sobre todo el motivo por el cuál esos objetos llegan a las casas.

Decidir con conciencia qué entra y sale de tu hogar es una labor de suma importancia para vivir el tipo de vida que quieres tener. En la mayoría de ocasiones, las personas traen nuevos objetos a sus casas, y lo hacen con mucha ilusión, pero luego no se acuerdan de sacarlos cuando han cumplido su función. Ahí empiezan las acumulaciones sin ton ni son qué tanto influyen en el avance de la vida de esas personas en todos los aspectos.

Todo aquello que tienes es real y existe aquí y ahora como resultado de tus decisiones. Tomar conciencia de que tus posesiones son parte de la causa de la persona que eres ahora suele poner los pelos de punta. Pero darte de frente con la realidad te ofrece la posibilidad de plantear y decidir qué rumbo quieres tomar a partir de ahora.

En los artículos anteriores (aquí para ver el anterior) he estado compartiendo diferentes consejos “deconavideños” desde una mirada Feng Shui. Lo he hecho con la intención de que puedas utilizar los objetos decorativos navideños como algo más que una mera decoración, dando a estos objetos un sentido y una intención acorde a su simbolismo para procurarte un mejor enfoque de cara al nuevo año.

Pero, independientemente de la época del año en la que nos encontremos, siempre deberíamos tener en cuenta que todo aquello que nos rodea nos ayuda a abrirnos puertas en nuestro camino o a impedir nuestro avance.

Hay mucha gente que apenas presta atención a todas sus pertenencias. Y estoy convencida que la mayoría tienen en sus casas objetos que ya no utilizan y que ni siquiera recuerdan que tienen. ¿Eres tú una de esas personas? 

Ten en cuenta que estar rodeados de objetos en exceso, produce sensación de estancamiento, apatía, malestar, incomodidad… El tema es que, hasta ahora, no habíamos relacionado estos efectos con esa causa. Pero aquí estamos para poner solución a esta situación.

Tu casa tiene su propia forma de comunicarse contigo para mandarte señales de alerta sobre qué no está fluyendo en tu vida, y su forma de comunicarse es a través de la acumulación, del desorden, las averías…

Conocer la importancia que tiene tratar adecuadamente el entorno en el que vivimos me ha llevado a desarrollar un sistema que acompañe a todo el que quiera, a tomar conciencia de que el entorno físico es una extensión de sí mismo. Por ello, si quieres lo mejor en tu vida, trata a tu entorno de la misma forma que te tratas a ti mism@, siempre que te estés tratando con todo tu amor, claro!

No quiero despedirme sin ofrecerte la posibilidad de desarrollar en ti esa conciencia sobre cómo está tu hogar y cómo ello te afecta. Así que, aquí tienes el enlace para dar el primer paso, y saber qué puede aportarte mi método, pues como su nombre indica: Tu casa, tu cambio”

Por supuesto, si crees que puede ser útil para alguien que conozcas, no dudes en compartirlo. Cuantas más personas decidan cuidarse y respetarse a través del cuidado y respeto de su entorno próximo, mejor y más alto vibra nuestro planeta y sus habitantes.

Espero de corazón que decidas aprovechar este regalo de Navidad y empezar el próximo año con el mejor escenario posible.

 Cómo siempre, me despido con un armonioso abrazo.

 

«Seguimos sumando espíritu navideño»

Con todo mi amor ♥… Sarah Balat

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